Subida a la torre-campanario de la catedral de Calahorra

Día: 15 de octubre
Hora: 16 h.
Lugar: atrio de la catedral de Calahorra
Guías: don Ángel Ortega, Rafa Puy y Pilar Urrutia
Ficha técnica de la torre-campanario

Dentro de las actividades del programa “Antes de que llegue el invierno”, el próximo sábado tendrá lugar la primera actividad con la visita guiada a la torre campanario de la catedral. Visitaremos las diferentes dependencias de la torre, un pequeño museo etnográfico de carácter religioso, veremos las campanas, las matracas y culminaremos con la espectacular vista desde la parte superior de la torre.
Por precaución está prohibido a menores de 12 años, y menores de 16 acompañados de adulto.
Descripción de la torre campanario: 

Según datos aportados por Ana Jesús Mateos Gil, doctora en Historia del Arte, la torre de la catedral se inició en tiempo del cardenal Pedro González de Mendoza (1464-1468), aunque la mayor parte de las obras se llevaron a cabo en el siglo XVI, y fueron costeadas por el obispo don Alonso de Castilla, cuyas armas, esculpidas en piedra, fueron colocadas en 1532.
La torre se encuentra a los pies del templo y consta de cinco cuerpos de planta rectangular. Los tres primeros cuerpos son macizos y de muros lisos, separados mediante líneas de imposta. El cuarto cuerpo es ya de campanas y por ello presenta vanos en todos sus frentes, con arcos de medio punto entre pilas¬tras que soportan un entablamento. En este piso se concentran los elementos decorativos, que inundan arcos, pilastras y frisos. El conjunto remata con una potente cornisa muy volada. El quinto cuerpo, ligeramente retranqueado, mantiene la misma estructura pero sin elementos ornamentales y remata con breve cornisa volada. Sobre este cuerpo, se alza una linterna octogonal cubierta por un tejadillo cónico, en el centro, y pequeñas linternillas chapiteladas en los ángulos.
Este cuerpo fue reconstruido en 2006 a imitación del erigido en 1852 y que a su vez sustituyó a la antigua linterna, de planta rectangular con los ángulos ochavados, que ocupaba la práctica totalidad de la superficie del remate.