Diez años de las últimas excavaciones en el alfar romano de la Maja

Hace diez años, tuvieron lugar las últimas excavaciones que se llevaron a cabo en uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del valle del Ebro, el alfar romano de la Maja. Un final triste para un espectacular alfar, del que ni se completó la excavación, ni se publicó una memoria completa de las casi veinte intervenciones que se llevaron a cabo, ni hay una sala en algún museo donde exponer la historia de este yacimiento.

Comenzaron las excavaciones en el verano de 1984, de la mano de D. Antonino González Blanco, después de que los Amigos de la Historia de Calahorra le acercaran al lugar planteándole la posibilidad de que allí hubiera un alfar y además, que pudiera ser el alfar de Gayo Valerio Verdulo.
Tras casi la veintena de intervenciones, se descubrieron seis hornos para cocer cerámica, uno de vidrio, diversas piletas de decantación y amasado, la existencia de un espacio porticado, y el acueducto del que se podían surtir de agua. Se identificó su producción: cerámica común, sigillatas tempranas, material de construcción, vidrio, cerámicas engobadas, paredes finas, y el taller de Gayo Valerio Verdulo con sus espectaculares cerámicas decoradas a molde, actualmente en proceso de estudio.
A pesar de la amplia bibliografía que las intervenciones arqueológicas dieron de sí, sigue faltando el estudio completo del yacimiento, de sus estructuras y de su producción.
Cabe recordar el interés que despertaron estas excavaciones arqueológicas, organizando los Amigos de la Historia visitas guiadas a las que acudieron cientos de personas interesadas por la historia de este lugar, contando en todo momento con la colaboración de su director Antonino González Blanco y de los arqueólogos, licenciados y estudiantes que desde diferentes puntos, pero sobre todo desde la Universidad de Murcia, se acercaron a este lugar aprovechando sus vacaciones para poner en práctica sus estudios sobre arqueología e historia.
Ojalá, algún día, se puedan retomar las excavaciones y se pueda poner en valor este yacimiento que tanto de positivo ha dado a la historia de Calagurris y al conocimiento de los alfares romanos.